jueves, 6 de marzo de 2014

Lubricantes industriales aceitan el progreso en Colombia




El sector productivo mundial investiga dónde encontrar la rentabilidad, pues más allá de la productividad, que tanto en el recurso humano como en las máquinas se acerca al límite superior, se encuentra en el lugar menos sospechado.





Un típico comité de gerencia de una fábrica se devana el cerebro en encontrar la piedra filosofal de la productividad: las máquinas trabajan al 100%, mientras a los operarios se les exige al máximo, incluso a veces, más allá del límite, con los consecuentes aumentos en los costos.

Luego viene la pregunta, ¿cuál camino tomar si ya todo está alcanzado, si los proveedores de materia prima ya trabajan al borde del descontento y, mientras tanto, la junta directiva de la empresa quiere más y más?

Esta es una de las encrucijadas en las que actualmente se encuentra el sector productivo mundial y la salida proviene de uno de los componentes de la cadena menos sospechados: la lubricación de la maquinaria.

Un valioso mercado

El mercado de los lubricantes industriales en Colombia, que excluye los productos para autos y camiones, se puede dividir en seis grandes aplicaciones: hidráulicos, engranajes, circulación/compresores, turbinas/motores a gas, procesos y grasas, que sirven en general a tres grandes sectores de nuestra economía, como la minería, la generación de energía, y las manufacturas y producción de alimentos (incluyendo) bebidas.

El tamaño del mercado colombiano está estimado en unos 266.000 barriles por año (cada barril de 42 galones americanos y un galón americano, 3,785 litros) y un valor estimado de U$430 millones de dólares. En los últimos cinco años su consumo ha venido creciendo de la mano de las explotaciones mineras y los nuevos proyectos petroleros.

Los sectores de la economía que más consumen lubricantes industriales son: manufactura general, 32%; minería, 23%; energía, 20% (que incluye explotación y producción de petróleo y gas); y otros sectores, 25%.

Un nuevo enfoque

Tradicionalmente este mercado ha sido servido por lubricantes minerales, que funcionan adecuadamente. Sin embargo, los lubricantes industriales sintéticos vienen ganando fuerza gracias a una característica fundamental: su sostenibilidad en materia social, medio ambiental y económica.

Sucede que los lubricantes sintéticos industriales  logran mantener en el tiempo el balance entre el desarrollo social, la protección ambiental y  crecimiento económico porque, dada su mayor durabilidad y estabilidad ante cualquier condición, hay que cambiarlos con menor frecuencia.

Cuando los intervalos de cambio de aceite de los equipos son extendidos (por ejemplo, no una vez al mes sino anuales), los operarios se exponen menos a un accidente de trabajo, se genera menos aceite usado y emisiones, hay menor consumo energía en los procesos y, por consiguiente, hay mayor productividad porque, además, se reducen los tiempos muertos por mantenimiento.

 Los retos del futuro

Según Emerson Salazar, consultor de mercadeo de lubricantes sintéticos industriales de ExxonMobil de Colombia, “las estimaciones de consumo para los próximos años están atadas al comportamiento  de sectores de la economía colombiana como la minería (cuya producción depende de muchos factores como licencias, nuevas operaciones y, por supuesto, el precio internacional) , la energía (en proporción a los nuevos hallazgos petroleros , construcción o ampliación de plantas de generación de energía, etc.) y la manufactura general (en su esfuerzo constante por mantener  la competitividad local frente a la competencia internacional).”

Así, el principal reto de la industria nacional es la competitividad, la cual hoy día tiene un significado ampliado en función  de la sostenibilidad, es decir, “Equilibrar  crecimiento económico, desarrollo social y protección del medio ambiente, para que las generaciones futuras no se vean comprometidas por las acciones tomadas hoy, representado a través de un enfoque integral entre productos innovadores que mejoren el rendimiento, procesos estándar implementados de forma disciplinada y personas motivadas altamente calificadas”, explica Salazar.

El desempeño de los lubricantes sintéticos contribuye a este balance por medio de los beneficios asociados a la sostenibilidad como: economía en consumo de energía, mayor vida útil de los lubricantes y componentes, reducir uso y reutilizar, entre otros.  Los lubricantes sintéticos, sean aceites o grasas de alto desempeño, son de origen mineral, solo que mediante la síntesis de sus métodos de fabricación se logra una estructura controlada con propiedades predecibles, proporcionando ventajeas en su rendimiento en comparación con los aceites convencionales.

Fuente: Revista Dinero

No hay comentarios.:

Publicar un comentario